sábado, junio 03, 2006

grillos

Mucho tiempo sin escribir. Supongo que nada que contar. Bueno en realidad muchas cosas han pasado. Malas noticias de atentados, incendios y asesinatos por aquí; otras mejores como el campeonato de liga del Galatasaray o el recuerdo a Atatürk y la fiesta de los jóvenes. Pero todo eso lo explican mejor mis compatriotas y ya buenos amigos RJCP, Pere Julia y Andrés Moeruza.
La cuestión es que esto se me esta acabando. Me quedan pocos días para abandonar la ciudad y acabar mi estancia, mi erasmus, en este lugar tan impresionante. En total van a ser ocho meses y medio. En los que he pasado de todo. Istanbul me ha dado grandes momentos. He aprendido mucho y sobre muchos aspectos de la vida.
Antes de venir me imaginaba como sería Santa Sofía, el palacio Topkapi o la cantidad de mezquitas que salían en mi guía. Pensaba en que sería lo que más me impresionaría de esta ciudad. Quizás sus grandes monumentos. Los restos de la antigua Constantinopla. Pero empiezo a mirar hacia atrás y ahora estoy seguro que lo mejor de esta ciudad son sus gentes. Y las hay de muchos tipos. Muy diferentes. Pero todas tienen algo especial. Todas las personas a las que he conocido me han aportado algo y me han ayudado.
Entonces pienso en la equivocada, y normalmente mala imagen que se da de esta ciudad, país y sus habitantes desde allí. Desde el otro lado del Mediterráneo. Yo no se de política, ni quiero saber, no me interesa, al menos por ahora. Pero si me interesan las personas y me molestan las equivocaciones que atentan contra ellas. Esperemos que algunos abran los ojos y ayuden a este país en ese empujón que le falta en algunos aspectos.
Recuerdo mis primeras horas en la ciudad. Creo que nunca las olvidaré. Con Umut. Quizás últimamente nos distanciamos algo, pero siempre le estaré agradecido. El me presentó a Istanbul. Me abrió su casa y a su familia. Sin duda yo me quede aquí en los malos momentos por su ayuda. Gracias de nuevo.
Estoy acabando mi segunda carrera. Creo que es un momento clave en mi vida. Siempre me consideraré estudiante, porque no quiero dejar de aprender. Pero creo que a partir del año que viene muchas cosas serán diferentes. Por eso estos meses han sido tan importantes. Se acaba una etapa y que mejor manera que rematarla que con un buen viaje. Una gran aventura. El reto esta propuesto y más o menos planeado. Un verano azul me espera. El norte del Mediterráneo a lomos de mi bicicleta. Una forma de viajar diferente y con la que realmente espero interaccionar con los lugares que visite. Sin cristales por en medio. Parando cuando me plazca y conociendo a los lugareños. Nuestros vecinos del Mediterráneo. Así que os espero en mi verano azul. Mientras visitéis mi nueva web podéis tararear la canción de la serie de televisión, seguro que la recordáis.
Y que mejor forma de despedirme de la ciudad que en buena compañía. Vosotros los que me habéis leído y dejado vuestros comentarios, muchas gracias. Llevo poco en esto de los blogs, pero realmente se agradece el apoyo. Es una sensación muy buena cuando sientes que te leen y se interesan por ti en la distancia. Ayer ya me despedí de Istanbul, y de mi familia Dogan. Así que nada más hasta pronto.
Fue una noche de mucho calor. Decidimos subir a tomar el çay a la “terraza”. Ya casi están acabando el segundo piso. Baris pronto se casará e ira a vivir con su futura mujer. La escalera todavía es algo insegura y no hay luz. Subimos despacio. Las cucharillas sonaban contra lo vasos, al balancearse la bandeja. Antes Kasim había comprado pipas bajando el cubo con una cuerda desde la ventana. Sobre el hormigón y rodeados por las esperas de los pilares estiramos la alfombra. Corría algo de viento y ya quedaban pocas luces encendidas en el barrio. Solo se oían algunos coches y la televisión de fondo de algún vecino. Estábamos cansados. Hablábamos con el crujir de las pipas. La antena parabólica fue espectadora. Alguna estrella también nos observaba. Ya no hacia tanto calor. Se acabo el çay y las pipas. Nos tumbamos boca arriba. Se me cerraron los ojos y cambié el crujido de las pipas por el “criquear” de unos grillos. Ahora voy en busca de ellos.