martes, febrero 28, 2006

hambre

He vuelto a visitar lo que creo es la otra Estambul. La que los turistas y extranjeros no conocemos. Es como volver en el tiempo unos cuantos años, pero no del todo. Caos y desorganización, pero de la que no me gusta. Calles sin asfaltar, solares con casas ilegales, basuras y escombros. Enormes y ya algo envejecidos bloques de viviendas junto a las casas siempre inacabadas. Con las esperas de los pilares a la vista. Por si el primo, sobrino o vecino viene a la ciudad y necesita un hogar.
Una joven lleva a cuestas a un niño de pocos meses. Cuando cruza la calle el todo terreno del inquilino de la nueva y lujosa urbanización le salpica de barro. Viven muy cerca pero no se conocen, ni quieren. El guarda abre la verja y el todo terreno de cristales oscuros entra en su guarida. De la que solo saldrá para ir al trabajo o al gran centro comercial.
Ni tanto ni tan poco. Ni uno ni lo otro. La ropa que cuelga de las ramas del árbol, junto a la casa de ladrillos vistos, parece seca. Los gatos observan desde debajo del tractor. Parecen hambrientos, como lo estoy yo.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues si, LuCaS.
Lamentablemente escenas como la que describes no son dificiles de ver. El problema es que las ves aqui y practicamente en cualquier pais que visites. El principal problema es que existan.

Y lo peor es que a veces (demasiadas) los gobernantes (todos) parecen mas interesados en ocultarlo bajo la alfombra y que no se vea, que en solucionarlo.

Un saludo

12:09 p. m.  

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